martes, 24 de enero de 2017

La La Land

¡Hola a todos!
Primera entrada del 2017. Por fin xD Ya iba siendo hora, ¿no? :P

Como siempre suelo decir, si no tengo apenas nada que contar, prefiero no actualizar porque sí, sino esperarme a realmente tener algo que compartir con vosotros. Y lo cierto es que he empezado el año bastante bien, porque estoy leyendo muchísimo otra vez e incluso he vuelto a escribir. Muy poquito, casi nada, pero, oye, es un comienzo. Ahora me falta ser constante, pero espero conseguirlo.

El caso es que, pese a no ser esto un blog de cine, en esta entrada quería hablaros de una película de la que estoy segura que ya habréis oído hablar de sobra. Por raro que os parezca, yo no sabía nada de su existencia hasta que, por pura casualidad, me saltó un anuncio en un vídeo que estaba viendo en youtube y, al ver que se trataba de una película de Emma Stone, actriz que me gusta bastante, decidí quedarme a ver el tráiler completo.

Y a los pocos días estaba en el cine viendo la gran maravilla que es La La Land.

Sí, me ha encantado. Sí, soy de las personas que han amado esta película. Sí, me alegro horrores de que ganase tantos globos de oro y espero que se lleve también los Oscars a los que ha sido nominada. Creo realmente que se lo merece, porque la película es visualmente preciosa, la música no podría ser mejor y los actores principales hacen el papelón de sus vidas, en mi humilde opinión. Y eso que Emma Stone me encantó locamente en Rumores y mentiras, pero pienso que se luce en La la land. Y Ryan Gosling no se queda atrás. Vamos, es que me quiero casar con Ryan Gosling. Yo soy su futura esposa, sólo que él todavía no lo sabe.

Lo que hace especial a esta película es la música. Si le quitásemos sus muchas canciones, como City of stars, A lovely night o, mi favorita, Fools who dream, lo cierto es que la película sería sólo una comedia romántica más. Con actores de lujo y con un toque diferente debido al tema de perseguir tus sueños, pero quizás no sería tan maravillosa como realmente es.

Quiero hablar especialmente de la canción que canta Emma Stone, la de Fools who dream. Tranquilos que no es ningún spoiler de la trama, podéis seguir leyendo con calma :) En esta canción, el personaje de esta actriz, Mia, habla sobre su tía, que solía vivir en París y a veces le contaba historias sobre su vida en el extranjero. Una vez, su tía le contó que saltó al río descalza a pesar del frío y la nieve, y que se pasó un mes estornudando pero, aun así, lo volvería a hacer.

Esta canción es una oda al arte y a los artistas. Si sabemos leer entre líneas, veremos que el tema de saltar al río, de zambullirse sin importar la temperatura que haya en el ambiente, es una metáfora de lo que cualquier artista hace. Cualquier persona que crea algo desde cero, sea una canción, un poema, un dibujo, una novela, un personaje... salta al río de cabeza y se congela y se pasa un mes estornudando, pero no pasa nada, porque, a pesar de los malos momentos, el resultado merece tanto la pena que, sin duda, lo volvería a hacer. Al igual que la tía de Mia. 

A pesar del miedo, de los riesgos, de los momentos de duda y bajones, sigues adelante, sobrevives y, al terminar, descubres que te ha gustado tanto escribir esa historia o ese poema, componer esa canción, crear a ese personaje o pintar ese dibujo, que no puedes evitar volverlo a hacer. No puedes evitar empezar de nuevo con una nueva historia, una nueva obra, una nueva canción, un nuevo personaje. Eso es lo que significa ser artista y por eso esa canción es mi favorita. 

Os juro que, en el momento en que la vi en el cine, a Emma Stone cantando con ese sentimiento, esa letra tan perfecta, esa música tan potente, se me pusieron los pelos de punta. Y brindo yo también por los tontos que sueñan, por locos que puedan parecer. Y por los corazones que sufren y se rompen. Y por el caos que nosotros, los artistas, provocamos en el mundo. Y por lo necesario que es el arte para el ser humano. Y por la oda al arte que supone no ya sólo esta canción, sino también la película entera.

Como veis, me he enamorado por completo de esta película. Creo que es inspiradora, porque ambos personajes, Mia y Sebastian, luchan por sus sueños y se apoyan el uno al otro en todo momento. Obviamente, ambos cometen errores, porque es lo que tiene el ser humano, pero lo importante, lo que enseña esta película, es que nunca hay que dejar de luchar por los sueños. Incluso a pesar de las decepciones y los bajones. A pesar de la inseguridad y de la precariedad económica. El arte merece la pena, pero no todo el mundo va a pensar lo mismo. Así que hay que saber luchar, plantar cara a las adversidades y seguir hacia delante. Seguir nadando, como diría Dory, aunque mejor no sigo por ahí que no quiero mezclar películas xD

Ahora sí que voy a hablar un poco con SPOILERS, así que podéis decidir si queréis seguir leyendo a partir de aquí o no :P Al final del todo ya sí podréis leer, porque no habrá spoilers. 
Mia quiere ser actriz. A lo largo de la película la vemos presentarse a mil y una audiciones. A todas va siempre con un gran ánimo, con una gran sonrisa y, por supuesto, con ilusión. Pero, decepción tras decepción, llega un momento en el que Mia no puede más. Cree que un intento más acabará con ella y decide rendirse. Regresa a casa de sus padres y se centra en rehacer su vida, olvidadas ya sus ambiciones de ser actriz.

Por otro lado, Sebastian, el personaje de Ryan Gosling, es un apasionado del jazz que sueña con abrir su propio club. Él es un gran pianista, pero, hasta ahora, no ha llegado su gran oportunidad. A lo largo de la película lo vemos pasar de un trabajo a otro, pero ninguno lo llega a llenar del todo. Llega un momento en que, tras haber encontrado cierta estabilidad en una banda, cree que debe centrarse, dejar su sueño atrás y conformarse con lo que ha conseguido, pese a que siga deseando tener su club de jazz.

Y, en ambas ocasiones, ahí está Sebastian para Mia, y ahí está Mia para Sebastian. Para recordarse mutuamente cuál era su sueño. Para apoyarse el uno al otro. Para creer el uno en el otro.

Sebastian le falló a Mia en un momento muy importante para ella, pero, pese a que se separaron después de eso, en cuanto surge una nueva oportunidad, Seb no duda en plantarse en casa de Mia y animarla a volverlo a intentar. Él cree de verdad en ella, en su talento, tanto para actuar como para escribir, pues Mia probó a crear su propia obra y a representarla en un pequeño teatro.
Y es gracias a él que Mia hace la audición de su vida y consigue el papel de sus sueños.

Es gracias a Mia que Sebastian, por su parte, recuerda cuál era su sueño y se esfuerza por seguir luchando por él. Tras varios trabajos que no le gustaban, Seb consigue un trabajo como teclista en una banda que está de gira, por lo que pasa largas temporadas fuera de casa. Está consiguiendo ahorrar mucho dinero gracias a ello, pero, a cambio, pasa muy poco tiempo con Mia. Seb se ha estado planteando quedarse en esa banda y dejar atrás su idea de abrir un club de jazz, pensando que así tiene la estabilidad que tanto él como ella necesitaban.

Pero Mia trata de hacerle recordar cuál era su sueño. Quizás esta es la escena que menos me gustó de toda la película, porque, en fin, ambos habían cometido errores, sí, pero Mia nunca le pidió a Seb que aceptara el trabajo como teclista en esa banda. Mia nunca quiso que él aceptase un trabajo por ella, pero él creyó que eso a ella le gustaría, que tendrían por fin estabilidad económica. Al tratar Mia de hacerle ver que debía seguir su sueño, de hacerle recordar lo que él más quería y deseaba, tienen una discusión muy fuerte. Y creo sinceramente que Seb fue muy injusto al decirle a Mia que a ella le gustaba más cuando a él le iba mal porque así ella se sentía mejor. En este caso no puedo sino apoyar a Mia, ya que ella sólo pretendía que su chico fuera feliz, y sabía que su mayor deseo era tener su propio club.
Al fin y al cabo, los dos estaban mirando el uno por el otro, pero quizá no lo hicieron de la manera correcta.

En cualquier caso, lo peor fue cuando Seb no acudió a la representación de la obra de Mia. Me dolió más a mí que a ella, sinceramente. Después de tanto esfuerzo, de tantas audiciones sin resultado, hubo pocas personas que fueron a ver a Mia y, para colmo, el hombre con el que salía y que tanto había creído en ella no estuvo allí. Y sí, él tenía que trabajar, de acuerdo, pero, teniendo en cuenta que era amigo del cantante de la banda, supongo que, de haberlo hablado con él, Seb habría podido salir antes y haber llegado a tiempo a ver la obra. Al fin y al cabo, en su primera cita, Mia llegó tarde debido a otro compromiso, pero acudió. Tarde, pero allí estuvo. Pienso que lo menos que Seb podría haber hecho por ella era hacer todo lo posible por ver su obra.

Por eso entiendo tanto a Mia. Me pongo en su piel perfectamente. Se ha llevado muchísimos chascos, algunos viniendo del hombre al que quiere y que le ha descubierto un nuevo mundo, y cuya música, además, le encanta, pues no olvidemos que ella entró en un pub sólo porque escuchó cómo él tocaba. 

No obstante, no quiero decir con esto que el personaje de Ryan Gosling sea mala persona. Ni mucho menos. Seb apoya de verdad a Mia y cree en ella. La anima mientras ella escribe su obra, y es él quien, de hecho, la arrastra a esa última audición, tras la cual ella al fin consigue ser actriz. Y eso es precisamente lo que más me gusta de Seb: que, a pesar de sus errores, luego sabe enmendarlos. No digo que por esto Mia tenga que perdonarlo y aquí no ha pasado nada, porque para ella fue un golpe duro, pero, al menos, ya que no pudo estar en su obra, Seb la llevó a esa audición que le cambiaría la vida.

Y me encanta que ambos antepongan sus respectivos sueños a su relación. Pensaba que, quizá, uno de los dos abandonaría definitivamente su sueño a pesar de lo muchísimo que ambos han luchado por lograrlos, pero qué va. Ella va a ser actriz y va a seguir su camino, y no va a abandonar ni por Seb, ni por ningún hombre. Y él va a tener su propio club de jazz y va a tocar en él todas las noches, y no va a cambiar de idea ni por Mia, ni por ninguna otra mujer. Anteponen cada uno sus respectivos sueños; se ponen a ellos mismos por delante, y eso me encanta y me parece perfecto, ya que, en la mayoría de los casos, uno de los dos acaba por renunciar a lo que quiere por tal de estar junto a la persona que ama. 

Y es que el amor, por perfecto y mágico que sea, no tiene por qué significar un impedimento a la hora de realizar nuestros sueños. Siempre va a depender de cada pareja, por supuesto, pero lo importante es ser feliz cada uno consigo mismo y, después, con la otra persona. Y Mia y Seb saben que no podrían ser felices juntos si uno de los dos no pudiera dedicarse a lo que más le gusta. Mia no hubiera querido que Seb dejase de lado su sueño; de hecho, ella fue quien se lo intentó recordar cuando él se planteó olvidarse del tema. Y Seb no hubiera querido que Mia renunciase a su sueño de ser actriz después de lo muchísimo que ella luchó por conseguirlo. El uno es feliz viendo cómo el otro logra alcanzar su meta en la vida. El uno cree más en el otro que en sí mismo. Mia duda mil veces de su talento como actriz, pero ahí está Seb para apoyarla. Seb decide abandonar su sueño a mitad de camino, pero ahí está Mia para animarlo a no rendirse.

Aun así, confieso que me dio pena ver que sus caminos iban por separado. El uno aportó mil cosas buenas a la vida del otro, pero no pudieron seguir juntos. Lo admito: me dio mucha pena, porque me encantaba la pareja que hacían, la química que tenían, cómo creían el uno en el otro.

Por eso mismo me gusta tanto el final.
En el cine, viendo la escena final, estaba perdida. No entendía de qué iba la cosa, pero luego resultó que esa escena muestra lo que hubiera podido pasar si las cosas hubiesen sido de otro modo. Seb no hubiera aceptado el trabajo en la banda, por lo que habría acudido a ver la obra de Mia. Ella habría tenido mayor seguridad y, al recibir el papel que cambiaría su vida, él habría podido ir a París con ella sin problema. Habrían tenido un hijo juntos, habrían paseado juntos por la ciudad de las estrellas y habrían entrado en aquel pub que podría haber sido el de Seb.

Me parece de las mejores escenas que se han hecho jamás, de verdad. Junto con la escena del planetario, que es increíble, y la de la audición de Mia, que me encantó. Creo que la película entera es una maravilla, aunque hay una parte al principio en la que a ella le sale un novio de la nada (?) En serio, no tiene sentido que ella ande con las amigas cantando eso de encontrar a alguien en la multitud que la alce del suelo al fin y, de repente, tenga un novio. Sin que lo hayamos visto antes. Sin que se le haya mencionado, sin que Mia haya hablado de él, sin que se les haya visto juntos en alguna escena. Misterio xD
FIN SPOILERS

Como he dicho, la película me parece una obra de arte y una oda al arte en sí. Los actores bordan sus papeles, la música es inmejorable, hay toques de humor y de drama, es fácil ponerse en la piel de los personajes y llegar a quererlos, y además, si sois amantes del cine, pillaréis muchísimas referencias al cine clásico. Yo las pillé pese a no estar muy puesta en el tema, y creo que eso es un detalle que no hace sino engrandecer la película.

Espero con mis palabras haberos animado a dar una oportunidad a esta película :) Y también haber enmendado el tener tan abandonado este blog. A ver si corrijo eso de una vez.
¡Nos vemos en la siguiente!

Me voy al planetario con Ryan Gosling, jeje :P