domingo, 9 de enero de 2011

Mis lecturas preferidas

Tengo debilidad por la fantasía y el romance. Supongo que por eso, en parte, Laura Gallego es mi escritora favorita. He leído todos los libros juveniles que tiene publicados y siempre sabe atraparme con su magia, tanto la que muestra en sus historias como la que llena sus palabras.

Fue gracias a ella que me inicié en esto de la lectura. Yo debía de rondar los once años cuando cayó en mis manos su novela El valle de los lobos, una historia protagonizada por una joven aprendiza de maga que se termina enamorando de un fantasma al que no puede tocar. Me E-N-C-A-N-T-Ó, a día de hoy puedo afirmar sin miedo a equivocarme que no hay nada de El valle de los lobos que no me guste. Es mi novela favorita de Laura Gallego.

Poco después, me enteré de que había saga, Crónicas de la Torre, así que me pillé los cuatro libros en la edición de El Navegante, a excepción de Fenris el elfo, que era en tapa dura. Años después, cuando yo rondaba los catorce años, fue cuando escuché a mis amigas hablar en los recreos de una saga de fantasía compuesta por tres libros gordísimos, en la que un tal Jack se transformaba en dragón y una tal Victoria, en unicornio... Sí, señores, mis amigas me contagiaron la fiebre idhunita y no tardé en hacerme con los tres libros y en devorarlos en muy poco tiempo.

Ya estaba completamente convencida de que Laura Gallego era mi escritora favorita. Por entonces, desde luego, ya había probado la saga del famoso niño que vivió, más o menos La piedra filosofal y La cámara secreta cayeron a la vez que El valle de los lobos, y me había viciado a Harry Potter. Ya había empezado mi andadura como lectora de libros de fantasía.

Si bien El valle de los lobos se convirtió en mi novela favorita de la escritora valenciana, El prisionero de Azkaban me gustó tanto, tanto, tanto, tanto, tanto, que puedo afirmar sin miedo a equivocarme (tal como dije antes) que lo habré releído un mínimo de diez veces en toda mi vida. Es mi libro favorito de la saga del niño mago por varios motivos: porque aparecen por primera vez mis queridos Remus Lupin y Sirius Black; por la historia de éstos y los padres de Harry; por lo que se descubre sobre la muerte de Lily y James Potter... Y no me puedo olvidar del Mapa del Merodeador, por dios, ¡qué invento! ¡Yo quiero uno! xD

En resumen, la fantasía ya había hecho mella en mi vida... El valle de los lobos fue una lectura obligatoria de clase y La piedra filosofal me lo regaló mi madre por mi cumpleaños. Más tarde fueron llegando los siguientes libros de ambas sagas, y, como ya he dicho, cuando tenía catorce años leí Memorias de Idhún.

Tras haber probado las dos sagas de Laura Gallego y esperando los libros que faltaban de Harry Potter, fui leyendo más libros de fantasía; por supuesto, no me cerré. Recuerdo, por ejemplo, que por aquella época leí también El señor de los ladrones, de Cornelia Funke, libro que adoré y sigo adorando a día de hoy. También por entonces leí dos libros de Eva Ibbotson, El secreto del andén 13 y El concurso de brujas; en su momento me parecieron maravillosamente geniales, pero he releído el segundo y no ha sido para tanto... Sigue gustándome, pero ya no creo que sea tan genial como cuando lo leí por primera vez xD

Además de todo eso, iban cayendo lecturas esporádicas que mi madre me compraba en el Círculo de Lectores (qué tiempos aquellos en que nos lo podíamos permitir...), así como otras novelas que me recomendaban adecuadas a mi edad. Por ejemplo, leí dos novelas de Roald Dahl, Boy y Charlie y la fábrica de chocolate. Sé que me encantaron, aunque hace ya tanto que los leí que no los recuerdo bien... Bueno, Charlie sí, gracias a la película de Tim Burton que tanto me gusta (me encanta Johnny Depp *_*).

No puedo olvidarme de El círculo de fuego, de Marianne Curley. Fue la novela que despertó mi interés en los viajes en el tiempo, y a día de hoy, pienso que me causó tal impresión que, de manera indirecta y en mi subconsciente, me influyó a la hora de escribir Magia Medieval. Hace poco la releí y pude confirmarlo; realmente hay pasajes en El círculo de fuego que yo recordaba haber incluido o mencionado (sin copiarme, claro) en Magia Medieval. Se me quedó grabada a fuego, vamos xD

También fue por entonces cuando leí La guerra de las brujas, de Maite Carranza. Tengo la primera edición de los tres libros, la de tapa dura, y es una saga que recuerdo con mucho cariño y que me gustaría releer, pero como tengo tanto tiempo... -.-''

Recuerdo con mucho cariño la trilogía El maleficio, de Cliff McNish, que cuenta la historia de Raquel y Eric. Por desgracia no me acuerdo bien de los detalles, pero sé que disfruté muchísimo esos libros y que, si tuviera tiempo, los releería sin dudarlo. Probablemente no me emocionarían tanto como cuando era niña, pero no por ello los dejaría de leer.

Y más libros de mi infancia que me encantaron: El misterio de los hijos de Lúa, Nano y Esmeralda, Los Cinco, Fray Perico y su borrico, Magia Vikinga, Agualuna, Fairy Oak, Todavía hay fantasmas, Los Siete Secretos, Charlie Bone, Los hechiceros de la noche, y paro porque por desgracia no recuerdo más xD

Así transcurrió mi infancia y pre-adolescencia lectora. Volviendo a mis quince años, fue por aquella época cuando me inicié en dos nuevos escritores y en la lectura en inglés. Esto último fue porque nos obligaban en clase, pero, sinceramente, y esto no es por fardar ni nada parecido, esos libros, ya con quince años, me parecían una birria xD Eran libros de apenas 50 páginas, que te contaban de un modo sencillo e incluso tonto una historia aburridísima. Pongo ejemplos que recuerdo de por entonces: Dead Man's Island, Robinson Crusoe, The murders in the Rue Morgue...
Estos dos últimos, ya lo sé, son bastante famosos, pero, supongo que será cosa de la edición que tuve que leerme en inglés, a mí me parecieron dos birrias aburridísimas xD Me imagino que si los leyese en español y con una buena edición, mi punto de vista cambiaría, pero no creo que lo haga... Por muy mal contados que estuvieran, recuerdo cómo terminan y las historias me aburrieron -.-''

Hablaré ahora de los dos escritores que probé por entonces y de los que quedé prendada. Da la casualidad de que son los dos catalanes: Carlos Ruiz Zafón y Jordi Sierra i Fabra. Empecé con Zafón por influencia de mi madre, que me compró El palacio de la medianoche. Adoré ese libro, aunque debo admitir que pasé verdadero miedo mientras lo leía xD Luego lo he releído y he visto que es que yo me asusto con nada, pero ese miedo hizo que le cogiera más gusto y cariño al libro :P

Después vino El príncipe de la niebla, libro que no me entusiasmó tanto como El palacio de la medianoche. El que sí que me enamoró cuando lo probé, más adelante, fue Marina. Qué maravilla de libro... Una historia de amor, acción e incluso terror condensada en unas doscientas páginas y narrada de una manera mágica y preciosa. Desde aquí te digo que, si no has leído Marina, ya estás tardando ;)

Más adelante fueron llegando Las luces de septiembre y, cuando fui lo bastante adulta, La sombra del viento y El juego del ángel. Estos dos dicen que son los libros de Zafón para adultos, y la verdad es que con La sombra del viento estoy de acuerdo, pienso que es un libro demasiado... fuerte para los jóvenes (y eso que yo lo leí siendo joven xD). Pero El juego del ángel no me lo pareció tanto... Para mí, fue más una novela de misterio y algo de miedo, que adulta o juvenil.

Una cosa que tienen en común todos los libros de Zafón es que siempre, siempre, en algún momento de la historia hay un incendio. Sea como sea, sea porque sea, pero a este hombre le encantan los incendios xD Y también tienen en común que unen el terror y el misterio con un amor, en ocasiones, imposible, o al menos, complicado, pero bonito y sincero.

Y en concreto tres de las novelas (Marina, La sombra del viento y El juego del ángel) comparten escenario: Barcelona, por donde nos pasea el escritor contándonos cómo son las calles, sus gentes, los medios de transporte, los parques... Las otras tres novelas comparten el hecho de ser protagonizadas por chavales jóvenes.

Pasemos ahora al otro escritor que probé con quince años: Jordi Sierra i Fabra. Una de mis mejores amigas me regaló por mi cumpleaños un libro suyo, Campos de fresas, el cual se convirtió en mi favorito del autor, y lo sigue siendo a día de hoy (no sé por qué, la primera novela que leo de un escritor suele ser mi favorita para siempre... qué cosas xD). La historia que cuenta Campos de fresas, tan real, tan intensa, tan a contrarreloj, me enganchó y devoré el libro en dos días. Desde entonces no dejé de buscar novelas del autor.

Hasta el momento, de este escritor he leído: Banda Sonora, 97 formas de decir Te quiero, Lágrimas de sangre, Rabia (regalado por la misma amiga que Campos de fresas, también por un cumpleaños xD), Yo, Al otro lado del espejo, La guerra de mi hermano, La isla del poeta, Las fronteras del infierno, La memoria de los seres perdidos, La modelo descalza, La nueva tierra, La página escrita (manual sobre su forma de escribir que me encantó), Mendigo en la playa de oro y Noche de viernes (el cual también adoré por su realismo y sinceridad).

Son varios, desde luego, pero me quedan muchísimos xD Jordi Sierra tiene publicados algo más de 300 libros para jóvenes, todos con protagonistas jóvenes y con historias sinceras y profundas. Su escritura es espectacular, desde luego sabe engancharte a la novela e impedirte que la sueltes ni para comer. De los ya mencionados, me quedo con Campos de fresas (por lo ya explicado), Noche de viernes (una novela realisísima que refleja la violencia juvenil y las noches en la calle bebiendo), Yo (desternillante xD Sólo puedo decir eso), Rabia (muy intensa, me sentí MUY identificada con la protagonista), Lágrimas de sangre (sobre un hijo de padre maltratador y madre sufridora), Mendigo en la playa de oro (una historia sencilla que el autor transmite de manera profunda) y La página escrita, que no es sino un libro en el que el autor explica sus métodos de escritura.

Todos estos libros han conseguido llegarme y los tengo en puestos de honor en mi estantería por diversos motivos. Quiero seguir leyendo a este hombre, sin duda, y lo seguiré haciendo, pues aún tengo libros suyos sin leer y en la biblioteca hay más. Además, lo bueno de este hombre es que no se cierra a escribir sólo novelas realistas con toques románticos (que los hay, y qué toques); también tiene novelas históricas (como La nueva tierra), humorísticas (leed Yo, hacedme caso), policiales (como La modelo descalza), de ciencia-ficción (tiene una saga llamada En un lugar llamado Tierra) y novelas que retratan psicológicamente al protagonista, realizando un viaje introspectivo (es el caso de Al otro lado del espejo).

En fin, que no podría dejar de leerle, ojalá un día consiguiera que me firmase una de sus novelas...
Cosa que me ha pasado con Laura Gallego. Mientras yo leía todo lo mencionado anteriormente, no dejaba de buscar nuevas obras de fantasía, en concreto de la valenciana, para encontrarme con novelas como La emperatriz de los etéreos, Las hijas de Tara o mi queridísima Dos velas para el diablo. De verdad, cómo adoro a Angelo y a Cat, son los perfectos protagonistas para esta novela de ángeles y demonios.

Así, poco a poco, fui leyendo todas las novelas de Laura, incluyendo la saga juvenil Sara y las Goleadoras y uno de sus libros infantiles, Retorno a la Isla Blanca. Recientemente la escritora se dejó caer por Dos Hermanas (Sevilla) y conseguí que me firmara Fenris, el elfo y el cuarto cómic de Memorias de Idhún, además de una foto con ella *O* Puedo decir que he cumplido mi sueño -w-

Pero sigamos, sigamos... Si bien Laura Gallego, Jordi Sierra i Fabra y Carlos Ruiz Zafón forman mi trío de escritores favoritos e imprescindibles, no me cierro sólo a sus obras, por supuesto. De un tiempo a esta parte (más o menos desde los dieciséis hasta los veinte que estoy estrenando aún), he tenido oportunidad de probar literatura que antes ni se me habría pasado por la cabeza catar. Cuando era adolescente me cerraba a la fantasía y, en todo caso, al misterio y al realismo de Jordi Sierra; pero estos años y el hecho de haberme colado en la blogosfera y las redes sociales han provocado que me fuera haciendo, poco a poco, más abierta de miras.

Ahora leo de todo. Fantasía épica y urbana, distopías (que tan de moda están), novelas románticas, novelas adultas con algo de contenido erótico... Sólo se me resiste el terror, al menos el propio de Stephen King, pues el de obras como La Puerta Oscura o El Ciclo de la Luna Roja, no es que los soporte, es que me encantan *O* Pero vayamos por partes...

Si fui capaz de leer libros con un contenido algo terrorífico fue gracias a Carlos Ruiz Zafón. El Ciclo de la Luna Roja, de José Antonio Cotrina, da un poco de miedo, sobre todo en su segunda parte, Los Hijos de las Tinieblas; pero es que me gustaba xD Soy la persona más asustona de España, pero el terror en los libros juveniles me gusta xD

Y si no, ved la saga La Puerta Oscura, de David Lozano, que da aún más miedo que la de Cotrina y tan feliz que estoy leyéndome ya el tercer libro, Réquiem xD Tuve claro que no dejaría la saga a la mitad cuando llevaba más o menos la mitad de El Viajero, el primer libro, y El Mal terminó de engancharme por completo. La pena es que sean unos libros tan tremendamente caros, Réquiem lo he sacado de la biblioteca por ahorrar...

Otra trilogía reciente que me ha dado canguelo ha sido Skeleton Creek. Con esta me pasó algo curioso y anecdótico. Veréis, supongo que sabréis que, a medida que se va leyendo la historia, contada por Ryan, hay que ir viendo los vídeos que Sarah le envía. Pues bien; me lo pasé genial cada vez que salía algo terrorífico en alguno de los vídeos. ¿Sabéis por qué? Porque, después de darme el susto padre, me daba la risa y no era capaz de parar, y volvía a poner el vídeo y me volvía a reír al llevarme el susto. Qué rara soy xDD

También, como he dicho, he probado las distopías. Al principio me resistía, pues suelo ir al contrario que el mundo: si algo se pone de moda, para mí no existe, es más, me repele xD Pero eran ya tantas las cosas buenas que había leído de Los Juegos del Hambre, que finalmente acabé cayendo en sus garras.

Y no me arrepiento. El primer libro me enganchó por completo y lo devoré en pocos días, me encantaron la fortaleza de Katniss y las similitudes de dichos Juegos con los que se celebraban antiguamente en la Antigua Roma (y si no, mirad: el país se llama Panem, muchos personajes tienen nombres romanos y griegos, al escenario de los Juegos se le llama "la arena"... y podría seguir).

Así que no tardé en pillarme el segundo libro, En llamas, que también me gustó, aunque un poco menos por cierta repetición... Ya sabréis cuál, no quiero spoilear. Por último, me uní a la espera de muchos internautas por Sinsajo, el cierre de la trilogía, a causa del cual se realizaron numerosas quedadas a lo largo y ancho de España el día de la salida del libro. Yo tuve la suerte de poder asistir a la de Sevilla y, sin duda, es una experiencia que repetiría :)

Desde entonces he probado más distopías, como Delirium o Traición, pero debo reconocer que ya empiezan a cansarme un poco... Estas dos que he mencionado, por ejemplo, me parecían hermanas gemelas, pues las protagonistas de ambas esperaban con ansias una operación que, según el gobierno, sería más que beneficiosa para ellas. Pero entonces aparece el chico de turno, perteneciente al grupo rebelde, y arrastra a la chica al otro lado, al lado de los que piensan que dicha operación es un error, una trola del gobierno para controlarnos como ovejitas.

Y tienen razón, desde luego, pero ya digo que Traición y Delirium se me han parecido tanto, que tendrán que repetírmelo muchas veces para que me anime a probar alguna otra distopía. Espero que, si lo hago, no sea con una clavadita a Los Juegos del Hambre, porque vamos...

Otro género que he probado es la fantasía urbana, la cual comenzó con la saga Crepúsculo, la cual ahora detesto xD En su momento me compré el primer libro, me regalaron los siguientes y los leí todos, de principio a fin; por eso puedo afirmar que la detesto y que me parece que Meyer la cagó (con perdón) en el cuarto libro, Amanecer. Podría haber salido algo chulo de ahí, yo lo admito, pero es que la autora no lo hizo bien, por favor, si lo estropeó todo xD
Aclaro que esta es mi humilde y sincera opinión, por supuesto respeto a todo aquel que le guste ;)

Más libros de esta temática... Se me ocurren Cazadores de Sombras (saga que, nuevamente, no me gustó), La profecía de las hermanas (que sí que me ha gustado), La novena noche (muy mágica y bonita ^^), Brujas de Nueva York (más reciente, muy original), La claridad de la sombra (el debut de la estupenda Cris Prieto Solano ^^), El guardián de los secretos (que alterna la narración actual con saltos en el tiempo), Los Cinco Guardianes (que también da algo de miedito a veces), El violín negro (que no me llegó a gustar), La hija de los sueños (que sí que me gustó), Guía de Jessica para ligar con vampiros (muy original), Diabólica (otra que a veces daba susto), Las chicas malas no mueren (espeluznante e impresionante a partes iguales), La llave del tiempo (una saga que combina fantasía, amor, viajes en el tiempo y ciencia-ficción), La saga del Escarabajo (autopublicada por su autora), Meridian (original visión de los ángeles), Ne obliviscaris (gran influencia de la luna), Retrum (llegan los pálidos...), El amor más allá del tiempo (Rubí, Zafiro y Esmeralda) y Sombras (el cual engaña un poco).

Claro que lo que es fantasía épica pura me gusta más... Por algo, El señor de los anillos está entre mis sagas favoritas. He tenido la suerte de dar con varios libros que crean un mundo de la nada, tales como Niyura, una historia de elfos a la antigua usanza; La hija de la serpiente, donde cuesta recordar los nombres, ya que se los inventó su autora alemana; Laila Winter, una historia de hadas creada por una autora isleña (de San Fernando, vaya, igual que mi chico xD); Las sendas de la profecía, una trilogía protagonizada por elfos, vampiros, enanos y Altos y Bajos humanos (magos y no-magos, muggles que diría Rowling); y El manuscrito del rubí, una saga poco conocida de fantasía medieval que me encantó de principio a fin.

Por otro lado, géneros que aún he probado poco son el romance exclusivamente juvenil, sin magia ni misterios de por medio (como Química perfecta o El club de los corazones solitarios, libros que me encantaron), y la novela contemporánea, que probé con Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos (increíbles... y recomendadísimos).

También está el tema de la novela humorística, de la que no soy muy amiga, más que nada porque suelo encontrarme con historias absurdas; recuerdo en especial a Terry Pratchett, un maestro para muchos (lo cual respeto ;)), pero que a mí me resultó imposible de leer precisamente por ser sus historias tan absurdas (me temo que soy demasiado lógica). Sí que me gustaron, sin embargo, las dos novelas de El ladrón del fuego, que cuentan la historia de un Prometeo que escapa al futuro desde la Antigua Grecia, mientras la Furia lo persigue, Zeus y Hera se dedican a discutir como un matrimonio recién casado y Hermes se queja de tener que estar todo el día de acá para allá. Con esos libros sí que me reí :P

Otro tema que me gusta y no he probado mucho son los libros que denuncian algo. Algo como el maltrato, como las injusticias que se cometen cada día, como las guerras que hay por todo el mundo... Jordi Sierra tiene novelas referentes a estos temas, como La memoria de los seres perdidos, La música del viento y seguro que me dejo muchos... He tenido ocasión de probar La canción del silencio, de Leara Martell, que denuncia la violencia de género; y Palabras envenenadas, de Maite Carranza, que denuncia la desaparición de una joven a manos de quien menos cabía imaginar... Y Cartas desde el maltrato me espera en la librería.

Y he probado poco los típicos libros en los que el protagonista, por lo general una chica, está a punto de morir por el motivo que sea, y el autor nos conduce a través de su vida y sus recuerdos, y nos muestra las opciones que tiene si vive o muere. Hasta ahora sólo he leído Si decido quedarme, el cual adoro, y llevo por la mitad Before I Fall, Si no despierto en español. Tengo pendiente pillar Por trece razones, y supongo que Willow también podría entrar en esta categoría...

Un tema aparte son los cuentos de hadas. Últimamente hay un boom de novelas sobre este tema, y la editorial Versátil, por ejemplo, ha publicado varias de ellas. Véase La bestia, Mi nombre es Ella y la trilogía Cuentos de Bereth, de Javier Ruescas. Versiones de La Bella y la Bestia, La cenicienta, Caperucita Roja (Rojo feroz) y Aladdín (Tres deseos), así como una saga juvenil que aúna detalles referentes a estas obras que nos leían antes de dormir. En Cuentos de Bereth podemos ver referencias a El rey león, Rapunzel, Blancanieves, El flautista de Hamelín... y muchos más ;)
Cornelia Funke ha ido incluso más allá y ha usado a los propios hermanos Grimm como protagonistas de su nueva saga, Reckless. Aun así, Michael Buckley la supera, pues él empleó a dos niñas descendientes directas de los hermanos Grimm para escribir su saga, Las hermanas Grimm.

Los clásicos son mi asignatura pendiente, lo reconozco. No soy muy amiga de leer obras clásicas, a pesar de la insistencia de mi chico, a quien le gustan libros como el Quijote o el Lazarillo, los cuales yo detesto desde que tuve que leerlos en secundaria y bachillerato xD Sólo se me ocurre un autor clásico que realmente me gusta, y ese es el gran William Shakespeare. Sueño de una noche de verano, Romeo y Julieta, Hamlet... I love them! Y pienso leer todas sus obras siempre que me sea posible.
¡Oh!, y también Mujercitas, Orgullo y prejuicio y La vida es sueño me gustaron ^^ Este último es un libro difícil de entender, pues está escrito todo entero en verso y lleno de figuras literarias que cuesta pillar. Pero, una vez se comprende todo, se ve que es una verdadera obra de arte :)

Y vamos ya con un tema que me gusta bastante... la romántica adulta. No he leído demasiado del tema, pero me encanta. Recuerdo, por ejemplo, novelas como Al llegar la primavera, que además resulta revitalizante, y La mosquetera, el cual está ambientado en el siglo XVII (por ahí, por ahí), las cuales narran historias románticas con algo de sexo... aunque muy poco. En ¿Qué haría Jane Austen?, por ejemplo, el sexo es más explícito.

Novelas de romántica adulta combinadas con humor son, por ejemplo, Damas de honor, Casada por los pelos y Fue un beso tonto. Las dos primeras son algo más suaves, pero en la tercera su autora, Megan Maxwell, no se corta un pelo a la hora de describir el acto sexual. Y supongo que hace lo mismo en Las ranas también se enamoran, su nueva novela, que aún me espera en la estantería...
La verdad es que este género es uno de mis descubrimientos favoritos. No dudo que seguiré leyendo novelas de este estilo :)

¿Algún libro que no me haya gustado? Montones. Obviamente, leyendo tantísimo, es imposible que no haya ningún libro que no me haya gustado. Por ejemplo, La mecánica del corazón, El violín negro, Emily the Strange, Si tú me dices ven, lo dejo todo... pero dime ven, Los hijos de Ahiris, La caricia desnuda, Lágrimas de cristal, Hush, Hush, El quinto mago, Leyendas de los Otori, El último unicornio, La historia interminable (creedlo: no me gustó, I don't know why), 100 puertas y muchos que me dejo en el tintero...

La verdad es que no sé por qué no me gustó La historia interminable. Es una historia de fantasía pura, la favorita de mi escritora predilecta, y tiene todos los ingredientes para que me guste: magia, un mundo imaginario, criaturas fantásticas... Y, sin embargo, no me gustó, o al menos no la parte protagonizada por Bastian. Atreyu me gustaba mucho más... Quizá sea Bastian, su actitud infantiloide y egoísta, la que ha conseguido que no me guste el libro. No lo sé.

Sobre la saga de los Otori, de la autora Lian Hearn, me ha pasado algo curioso con ella. El primer libro me gustó mucho, la verdad es que hizo que esperara que la saga entera fuera a gustarme; pero el segundo libro me decepcionó. No sé, perdió su gracia. El tercero ya hizo que le cogiera manía con tanta guerra y tanto combate, y los dos últimos directamente ni los he leído xD

Un autor en concreto que no me ha gustado es Neil Gaiman. Lo he intentado, de verdad, pero ninguna de sus novelas me ha gustado. La primera que leí fue Stardust y a continuación vi la película. Detesté el libro con todas mis fuerzas, pues me esperaba una historia de fantasía y resultó ser más gore que otra cosa ¬¬' En cambio, la película está entre mis favoritas, pues es justo lo que esperaba del libro.

Luego llegó Coraline. Esta novela yo ya la había leído siendo más niña, pero apenas la recordaba y la releí antes de ver la película. La verdad es que, en este caso, ninguna de las dos me llegó a convencer. Demasiado surrealismo, demasiado terror absurdo... y no creo que sea una historia para niños, en absoluto.

Y la última que leí fue El libro del cementerio. También supuse que me gustaría y también me equivoqué. La forma en que el bebé escapa de la muerte no me pareció verosímil, y el hecho de que no lo dejaran salir del cementerio... Era como si lo tuvieran encarcelado o algo por el estilo. Como Mowgli en la selva, de la que no debe salir si no quiere que lo atrape Shere Kan, Nad no debe abandonar el cementerio para que Jack, el asesino de sus padres, no lo mate a él también.
Sí, la premisa es interesante, por eso me lo compré. Pero qué decepción... La verdad y respetando, por supuesto, a los seguidores de Neil Gaiman, aquí y ahora afirmo que no leeré más libros suyos, ya que, de tres que he probado, ninguno me ha gustado.

Por último, después de todo este tochaco xD, me voy a despedir hablando de cómics. Desde que era pequeña, he leído cómics del tipo de Mortadelo y Filemón, Astérix y Obélix, La 13 Rue del Percebe, Superlópez... Son cómics graciosos y entretenidos, en el caso de Astérix tengo la colección completa, y he tenido la suerte de recibir una firma en un cómic de Mortadelo por su autor, Francisco Ibáñez. La verdad es que con este dibujante siempre me pego unas buenas risas, tiene golpes buenísimos y MyF están cada vez más actualizados.

Sin embargo, ahora han llegado los cómics manga (bueno, hace años ya xD) y parece que hay una fiebre... Veréis, yo no tengo nada contra ellos, de hecho los estoy probando y me gustan. Pero, sinceramente, no creo que sean nada del otro mundo... Es decir, son historias narradas a través de imágenes más que de palabras, así de simple. La historia puede gustarte más o menos, pero es eso, básicamente. No creo que sean para tirar cohetes...

En fin, como digo, sí que los he probado y me gustan. Hace poco, gracias a mi chico, conseguí reunir la colección completa de los cómics de The Legend of Zelda, de los que hay un cómic (o dos) para cada uno de los videojuegos más famosos o importantes de esta saga. Ocarina of Time, Phantom Hourglass, Oracle of Seasons, The Minish Cap... Juegos que he probado y que me encantan, que adoro, llevados al cómic. La verdad es que se los han currado, están perfectos *O*

También extraídos de videojuegos son los cómics de Kingdom Hearts, una historia en la que un joven en apariencia corriente, Sora, recorre los mundos de Disney acompañados por Goofy y Donald; quienes, a su vez, buscan al rey Mickey, que ha desaparecido. Los tres compañeros, con ayuda de la espada-llave, liberarán los mundos de Disney de los sin-corazón, pasando así por el País de las Maravillas, Halloweentown, el estómago de la ballena, Agrabah...

Sólo he tenido ocasión de probar un videojuego de Kingdom Hearts, pero me encantó. Si pudiera, me lo pillaría junto con los más recientes y me los pasaría, descubriendo la historia de Sora, Donald y Goofy tal como la he descubierto en los cómics que he leído (sólo dos, hasta ahora).

Y cómics que he leído sin vinculaciones con videojuegos (al menos que yo sepa) son, por ejemplo, Bleach, del que sólo he leído el primer tomo; Death Note, igual que Bleach; Fruits Basket, the same hasta que pueda pillar el segundo; School Rumble, cuyo segundo tomo me recordó a los institutos americanos; y Nana, al que realmente me he enganchado. He leído tres tomos y estoy deseando pillar el cuarto, pues también he estado viendo capítulos del anime. La verdad es que la historia de las dos Nanas realmente me gusta.

Con esto... llegamos al final. De verdad, un millonazo de gracias a quien haya leído todo el tochaco y llegado hasta aquí. ¡Te mereces un premio! xD

sábado, 1 de enero de 2011

Sobre mí

¿QUIÉN ES SANDRA C. GALLEGOS?
Soy una escritora veinteañera que adora aprender nuevos idiomas, cantar a voz en grito por toda la casa y disfrutar de una buena charla con los amigos. Soy Soñadora, Alocada, Nerviosa, Dinámica, Responsable y Atípica.

Soñadora porque me encanta imaginar nuevas historias y personajes y darles vida.

Alocada porque, una vez que doy rienda suelta a mis ganas de pasarlo bien, no puedo parar.

Nerviosa porque siempre quiero probar cosas nuevas, cambiar, evolucionar. No paro quieta.

Dinámica porque me encanta variar, experimentar, probar cosas nuevas. En la variedad está el gusto.

Responsable porque, a pesar de todo, cuando sé que algo depende de mí, lo llevaré a cabo hasta el final.

Atípica porque no me considero una más del montón. Creo que soy diferente, para bien o para mal.

No se me da muy bien esto de presentarme a mí misma, pero voy a tener que intentarlo... Aunque ¿qué os parece si lo hago de una manera un tanto... diferente? ;)

En resumen: esta soy yo. Soñadora, Alocada, Nerviosa, Dinámica, Responsable y Atípica. Soy más cosas, sí, pero creo que esto es lo más importante de mí y lo que intentaré ofreceros en este blog. Prometo esforzarme al máximo ;)

Si quieres saber más sobre mi manera de escribir, pásate por aquí.

Magia Medieval


Título: Magia Medieval.
Autora: Sandra C. Gallegos.
¿Saga?: Sí; primera parte de la saga Las Crónicas del Tiempo, aún inconclusa.
Portada provisional.
NO DISPONIBLE DESDE 2011.

-Magia Medieval en la red

-Reseñas de su primera publicación con Atlantis

Mi forma de escribir

Como todo escritor, sea o no profesional, tengo una manera de escribir un tanto peculiar.

Para empezar, se me ocurren ideas en cualquier momento y lugar. Puedo estar en clase, con mis amigos, viendo una película... Esté donde esté, suele ser un simple comentario, un ínfimo detalle, el que me dé una idea. Una idea que va tomando forma en mi cabeza, de modo que me imagino al protagonista viviendo lo que sea que me sugiera esa idea.

Ya desde el primer momento tengo claro si el protagonista principal es chico o chica. Es la propia idea la que me hace preferir a un personaje masculino o femenino para vivir esa aventura, y también, en ocasiones, la edad. Su físico, su personalidad, su estatus social, su manera de vivir... todo eso va llegando después.

A veces pueden unirse dos ideas. Es decir, quizás tengo en mente una historia protagonizada por un elfo en la que ha de hacer un viaje para encontrar algo, y aparte, se me ocurre otra historia con una sirena que necesita recuperar algo que perdió. Quizás esas dos historias podrían funcionar bien juntas en una misma novela; si veo que es así, no dudo en unirlas. (Es un simple ejemplo, que quede claro.)

Durante un tiempo después de haber tenido la idea, sólo la apunto y me olvido del tema. Es decir, la dejo aparcada para más adelante, pues siempre tengo mil proyectos entre manos. Y a lo mejor, después de bastante tiempo, ocurre algo que provoca que recupere esa idea: algún detalle nuevo, un personaje, un lugar, una escena... Cualquier cosa.

Y, una vez tengo planteada la novela (normalmente no en su totalidad, pero casi), me pongo a escribir.
Puede que tenga decidido cómo se va a desarrollar todo, pero se me pueden trastocar los planes. ¿Por qué? Por los personajes. A veces (casi siempre, de hecho) cobran vida propia, y ellos mismos deciden que el camino que yo les tracé no es el correcto, por lo que prefieren optar por otra vía. Es algo que se me va de las manos, y si es lo que me piden los personajes, ¿qué puedo hacer sino escucharles?

Lo mismo puede sucederme con el final. Quizás los personajes han seguido su camino, quizás han escogido otro, pero una vez les conduzco al final, descubro que puede no ser el más apropiado. Es entonces cuando me detengo, releo lo que llevo escrito y pienso. Y, mientras pienso, a veces opto por seguir escribiendo, dando voz a los pensamientos de los personajes.

Más de una vez, es la propia actitud de los personajes al final de la historia la que me hace vislumbrar el final más apropiado. Sin embargo, a veces necesito descansar, dejar un poco de lado la novela y pensar en ella con calma, hasta que doy con un final que me convenza y que sea posible.

Todo esto, claro está, siempre que no me bloquee. En ocasiones me encuentro con encrucijadas en mis propias novelas, con detalles que parecían insignificantes, pero que requieren una explicación lógica o quedarían muy de "pegote". En esos casos, por lo general, improviso. Si estoy muy lanzada escribiendo y no quiero parar por nada del mundo, lo pienso unos instantes y escribo lo primero que se me ocurra.

Claro que esto no siempre funciona. Puede ser que en esta novela me haya ido bien con cierta improvisación, pero quizás esta otra necesita una revisión en ese punto... Todo depende de la novela en sí: la temática, los personajes, la historia...

El tema no lo elijo yo misma, sino la idea. Cuando tengo una idea, es en ella misma donde ya me viene establecido que la novela deba ser fantástica, realista, histórica, humorística... Y, la verdad, yo no le hago ascos a nada. Tanto al leer como al escribir, me gusta experimentar. Así que, si el cuerpo me pide fantasía, se la doy; si me pide humor, se lo doy; si me pide terror, se lo doy.

Por supuesto, no puedo hacerlo a la ligera, pues cada tema exige un mínimo de preparación y algo de experiencia en él. Por ejemplo, yo no sé casi nada de ciencia ficción, por lo que me sería prácticamente imposible escribir algo de ese tema. Y en cuanto a fantasía, también se precisa mucho tiempo y mucha minuciosidad para no pasar por alto ningún detalle que se lleve por delante el mundo creado.

Sobre los personajes, no suelo ser amiga de emplear a un solo protagonista. En Magia Medieval, por ejemplo, los protagonistas son dos hermanos, Álvaro y Víctor, y vemos lo que le pasa a cada uno, lo que piensan y lo que sienten, desde un punto de vista omnisciente en tercera persona. El mismo que utilizo en Días sin Fin, donde llego a manejar a cuatro, e incluso a cinco protagonistas diferentes con su particular historia e importancia en la novela.

Claro que, como ya he dicho, no le hago ascos a nada. Así pues, también tengo una novela con una sola protagonista: Silencio. Mirada de Cazadora, narrada en primera persona por una chica de diecisiete años. Ella es la única y completa protagonista de la novela, y debo decir que disfruto horrores cada vez que tengo que dar voz a lo que le pasa o lo que piensa Silencio. Actualmente me encuentro escribiéndola y me siento comodísima manejando a esta chica.

Y también en primera persona, pero en este caso con dos protagonistas, estoy escribiendo Leones, una novela realista y muy actual con trasfondo romántico. Rebeca y Rubén se van alternando para contar su historia, aunque poco a poco irán interviniendo más personajes, los secundarios, quienes también tienen historias que merecen ser contadas.

La trama de la novela, a menudo, viene impresa en la idea. Por ejemplo, volviendo al ejemplo del elfo que viaja en busca de algo, esa es la propia trama: la búsqueda. Sin embargo, a veces puede no ser así. Pongamos el caso de la sirena: a lo mejor al principio sólo quiero contar cómo es su vida bajo el mar, y el tema de la búsqueda se me ocurre más adelante. Todo depende de la idea.

Aunque una trama exige preparación y elaboración para no dejarse nada en el tintero, debo admitir que a veces me lanzo a escribir sin tener muy claro todo lo que ocurrirá. Esto lo hago porque, cuando tengo una escena muy bien definida en mi cabeza, apenas puedo esperar para redactarla. Y quizás, como ya me ha ocurrido en más de una ocasión, esa escena necesite ser cambiada una vez escribo el resto de la novela.
Al principio suelo tener clara la escena, pero echando en falta algún detalle. Por tanto, es más que probable que deba efectuar algún cambio a medida que voy escribiendo la novela completa.

Es por esto que prefiero escribir de principio a fin. Aunque me pueda suceder lo que ya os he explicado (escribir una sola escena sin tener clara toda la novela), me gusta más empezar la escritura por el prólogo, seguir con el capítulo uno y así, poco a poco, hasta llegar al final. Es decir: prefiero seguir el orden cronológico de la historia, sólo que a veces sólo se me ocurren escenas sueltas.

Algo curioso que me sucede bastante a menudo es que, una vez tengo una idea, soy capaz incluso de imaginarme la portada que yo le pondría si se publicara en formato libro. Claro que es sólo una idea, pues nunca puedo saber si, cuando termine la novela, alguna editorial me la querrá publicar. Antes de enviar nada a las editoriales, viene lo que menos me gusta: la revisión.

Es prácticamente una ley del escritor el revisar sus novelas una vez escritas. Puede pasarse algo por alto: se te escapa una coma, un detalle que no cuadra, un personaje con el nombre cambiado, repetición de palabras... Lo que sea. El caso es que hay que revisar, un proceso que puede ser muuuuy largo o muy corto, depende de tus ganas. Para mí suele ser largo, ya que es lo que menos me gusta xD

Y el título... Escoger el título me trae siempre por la calle de la amargura. O se me ocurren muchísimos y no consigo decidirme, o no se me ocurre ninguno. Magia Medieval, sin ir más lejos, tuvo tres títulos diferentes, antes de que me decidiera por Magia Medieval. En cambio, una vez escribí Días sin Fin, no tuve que pensar demasiado hasta que di con ese título. Con Silencio. Mirada de Cazadora me ha pasado algo parecido, aunque fue antes de empezarla a escribir siquiera. Y Leones se me ocurrió a raíz de una canción de Pereza, por lo que la llamé así también antes de comenzarla a escribir.

De los proyectos que tengo, tan sólo uno tiene un título asegurado. Los demás son provisionales, como es el caso de la segunda parte de Magia Medieval, que aún no estoy escribiendo. El resto... hasta que no los escriba, defina mejor a los personajes y tenga más clara la trama, no podré escoger títulos.

El proceso de escritura lo llevo a cabo en mi habitación, sentada frente al ordenador, con la música sonando y la luz entrando por la ventana. Las conversaciones por el messenger y el tuenti me suelen distraer, así que procuro no utilizarlos mucho cuando me pongo a escribir. Claro que de vez en cuando, para descansar, guardo el documento y navego un poquito por la red.

No puedo ir a ningún sitio sin algo para escribir. Nunca sé cuándo va a ocurrírseme una idea para dar forma a una historia, por lo que he de estar preparada. Incluso a veces, debo admitir, escribo en clase. Es algo que llevo haciendo desde 4º de ESO, siempre en las típicas clases en que el profesor suelta la charla y se te cierran los párpados del sueño. La única forma de mantenerme despierta y de tomar apuntes de vez en cuando es escribir, por lo que eso hago. Y no creo que deje de hacerlo nunca.

Disfruto muchísimo cuando voy escribiendo una novela, por lo que me da bastante pena terminarla y saber que ya no volveré a manejar a esos personajes... o ellos a mí. Sin embargo, cuando una novela ha terminado, no puede haber más vuelta de hoja. Prefiero no escribir una segunda parte antes que estropear lo que ya dejé cerrado en la primera; a no ser, claro está, que se trate de la historia de otro personaje relacionado con los protagonistas de la primera parte.

Algo así me está pasando con Días sin Fin... La historia ha terminado, pero siento que aún queda una que contar: la de Adam. Es el protagonista con menos protagonismo, valga la redundancia, y probablemente no estaría mal escribir una novela en la que sea el completo protagonista, y en la que los demás personajes (Brian, Dave, Rachel, Lizzie...) no sufran cambios respecto al final de Días sin Fin.
Es sólo una idea que ya se me ha pasado por la cabeza un par de veces, pero tendría que trabajar bastante en ella. Y creo que, de momento, no es necesaria una segunda parte para Días sin Fin. Quizá más adelante me anime a escribirla, quién sabe ^^

En fin, creo que ya he contado bastante sobre mí. Quizá va siendo hora de cortar y permitir que vosotros opinéis sobre mi forma de escribir, mis novelas y mis relatos ;)